lunes, 21 de febrero de 2011

EN EL 200 ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE 1812 DENUNCIAR EL RÉGIMEN DE DICTADURA POLÍTICA CONSTITUCIONAL, PARTITOCRÁTICA Y PARLAMENTARIA



 En 2012 se cumplirán 200 años de la imposición del orden político vigente, una
afrentosa tiranía ejercida por un bloque interconectado de grupos de dominación
extremadamente elitistas, que toman todas las decisiones.
 Quienes gobiernan con reduplicada fuerza, desde entonces, son los poderes
militar, político, judicial, funcionarial, académico e intelectual, tecnocrático y
económico, no el pueblo. Lejos de ser el triunfo de la libertad y los derechos del
hombre, como exponen los embusteros manuales escolares, la promulgación de la
Constitución Política de la Monarquía Española por  las cortes de Cádiz el 19-3-1812,
significó un desarrollo vertiginoso del ente estatal, sobre todo de los aparatos militar,
policial, económico-fiscal y de aleccionamiento, con la correspondiente disminución de
las libertades populares. De ello surgió la dictadura perfecta (que, además, se
perfecciona día a día) que ahora padecemos.
 El constitucionalismo liberal y parlamentarista ocasionó un declive dramático de
la capacidad de autogobernarse y vivir autónomamente de las clases populares. Éstas
padecieron una represión militar-policial terrible, pues aquél se impuso por las armas,
siendo el ejército su criminal fuerza de vanguardia. La carnicería continuada que realizó
el constitucionalismo español fue incluso peor que  la que hizo el franquismo, durando
además mucho más tiempo. Ello priva de legitimidad  al régimen actual, formado a
partir de la Constitución Española de 1978, en vigor, el fundamental texto políticojurídico del sistema de tiranía vigente que actualiza el de 1812.
 La Constitución de 1812, además de un crecimiento  descomunal del aparato
estatal, impuso la escuela primaria obligatoria, la revolución industrial, destruyó el
medio ambiente a través de su política agraria, especialmente con las diversas
desamortizaciones, desmanteló el régimen popular agrario, que entonces era el del 85%
de la población, de concejo abierto, bienes comunales y sistemas de ayuda mutuo, creó
la burguesía en el sentido moderno del término y, con ella, el infame sistema salarial de
explotación y degradación. Así mismo, impuso definitivamente el orden patriarcal,
copiándolo del atroz Código Civil francés de 1804,  y atacó las lenguas, libertades y
cultura de los pueblos diferenciados, Euskal Herria, Galicia y Países Catalanes,
sometiendo a especial opresión a Canarias.
 Con aquella Constitución, y las que fueron recreando sus contenidos
posteriormente, se esfumó del todo la libertad de conciencia tanto como la libertad
política y civil, al dar el Estado un formidable salto adelante, no sólo cuantitativo sino
además, y sobre todo, cualitativo. Como consecuencia, los seres humanos dejaron de ser
eso, humanos, para hacerse mera mano de obra y sometidos perfectos, por tanto,
subhumanos funcionales, desprovistos de las cualidades que definen la humana
condición.
 Por desgracia, cada 6 de diciembre, aniversario de la imposición de la
Constitución, de 1978, se observa el triste espectáculo de que nadie hace nada para
denunciar en la calle lo más sustantivo del actual sistema de dominación, considerado
en concreto, no de forma abstracta y fraseológica, según acostumbra el radicalismo de
pega. Esto no puede seguir así.
 Quien calla otorga, dice el refrán, y quien no se opone colabora y coopera. Por
tanto, los que dejan pasar tan significada fecha sin alzarse contra la dictadura 2
constitucional, partitocrática y parlamentarista, para expresar el rechazo a tal régimen y
para preconizar, como alternativa revolucionaria, un sistema de gobierno por asambleas
populares en red, se hace responsable, al menos por omisión, del mantenimiento del
actual orden político, que estatuye el capitalismo.
 Las causas últimas de todo ello son el espíritu socialdemócrata, conformista y
furiosamente estatolátrico, que domina a la gran mayoría de los movimientos
supuestamente radicales. De ahí su suicida “apoliticismo”, su activismo, tan inoperante
como derrochador de esfuerzo y personalmente aniquilador, su pervertido gusto por la
marginalidad y la tendencia a reducirse a cuestiones locales, secundarias y de escasa
significación, que en definitiva manifiestan su deseo de acomodarse al actuante orden
de dominación, sin más exigencia que mejorar un poco las condiciones de existencia
bajo él.
 Mientras muchos se pierden en cominerías y futilezas, utopías reformadoras
aquí-y-ahora, luchas “anti”, admisión de las consignas que elabora el PSOE (con el cual
cooperaron en 2004, de manera que el gobierno actual es, también, el del falso
radicalismo activista) y fraseología “anticapitalista” abstracta e inofensiva, el orden
vigente organiza cada año notables campañas políticas y mediáticas de embellecimiento
del actual régimen, en torno al 6 de diciembre, que tienen un gran impacto en la opinión
pública, sin encontrar réplica política alguna.
 Con motivo del 200 aniversario de la Constitución  de Cádiz la algarabía
mediática será aun más ruidosa, impactante, intimidante y adoctrinadora. Es necesario,
pues, dar una respuesta crítica contundente a tal ofensiva dictatorial, preconizando una
sociedad plural y asamblearia, con libertad de conciencia, política y civil, sin ente
estatal ni capitalismo.
 El gran capital español, además del Estado, se está movilizando a favor del
sistema de dictadura constitucional. Una muestra de ello es El Corte Inglés, que en su
publicidad, omnipresente, ha incluido el logotipo “La Pepa 2012. Constitución
Española. Cádiz-San Fernando”. De ese modo se está  formado un gran bloque
reaccionario, en que la gran patronal va de la mano de la izquierda institucional que
apoya activamente el antidemocrático régimen constitucional y la izquierda radical que
lo hace con su silencio y negativa a luchar, vale decir, por omisión.
 Las propuestas de acción inmediata serían las siguientes:
                .  Constituir grupos de trabajo para fijar los contenidos de la crítica del orden
constitucional, así como pergeñar los rudimentos del régimen político capaz de
superarlo de manera revolucionaria, el fundamentado en un orden asambleario. Para
esto mis libros, “La democracia y el triunfo del Estado” que dedica varios capítulos a
ello, y “Seis estudios”, pueden ser de utilidad. También “Naturaleza, ruralidad y
civilización”, que denuncia el ecocidio ocasionado por la Constitución de 1812.
      . Preparar acciones de denuncia y editar materiales críticos con mayor
intensidad a medida que se vaya acercando el año 2012.
                 .  Convertir cada 6 de diciembre en un día de denuncia, repudio y lucha en la
calle contra la tiranía política vigente y a favor de la libertad, realizable en una sociedad
autogobernada y autogestionada.
ABAJO LA DICTADURA CONSTITUCIONAL
VIVA LA LIBERTAD
POR UN RÉGIMEN DE ASAMBLEAS POPULARES OMNI-SOBERANAS
                                                                                  Félix Rodrigo Mora
                                                                                           esfyserv@gmail.com

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