Luca Abba, un agricultor de Val di Susa, conocido activista contra el Tren
de Alta Velocidad Turín-Lión, se encuentra en coma farmacológico, con varias
fracturas después de una caída desde una torre de media tensión a unos diez
metros a la que se había subido para escapar de la irrupción ilegal - según los
abogados del movimiento No TAV- de unos 1000 policías en un sitio que se verá
afectado por las expropiaciones de tierras debidas a la construcción del TAV.
La vida de Abba no corre peligro, según el parte médico del hospital CTO de
Turín. El activista, que interrumpió una transmisión radiofónica con Radio
Black-Out en el momento en que un policía se acercaba para obligarlo a
bajar, había avisado: "No suban o me cojo a los cables de
tensión". Entonces, tratando de protegerse de la Policía, perdió el
equilibrio tras rebasar el límite de seguridad de la torre y sufrir una
descarga eléctrica de media tensión. Las obras del TAV no se detuvieron por el
accidente ni cuando un helicóptero trasladaba al activista al hospital en
condiciones gravísimas. La policía impidió también al resto de activistas
acercarse a ver el estado de salud de Luca tras la caída.
Nada parece poder detener la construcción de este tren de alta velocidad.
No vale la oposición de 24 ayuntamientos del valle. No vale el debate
democrático. El sábado pasado se manifestaron 75.000 personas contra esta obra
faraónica que prevé la construcción de un túnel de 50 km. y que se basa en un
proyecto que se remonta a la época en que circulaban más mercancías y se
preveía que no dejaran de crecer hasta 2035. Actualmente ya hay un TGV que
recorre la distancia entre Turín y París en 5 horas y media, pero no valen
datos objetivos para discutir esta obra que los activistas No TAV califican
como "de interés estratégicamente mafioso" “Desde hace 21 años las
autoridades se niegan a afrontar el problema fundamental, que sería una
evaluación efectiva de la necesidad de una obra que se considera estratégica a
priori, con lo cual no se consigue sino exacerbar el conflicto”, afirma Luca
Mercalli, climatólogo y habitante de Val di Susa, contrario desde siempre al
proyecto TAV. Tanto energética como ambientalmente el proyecto es deficitario.
Mediáticamente se tiende a criminalizar el movimiento no TAV presentándolo como
foco de “neoterroristas”. De hecho, la Val di Susa ha sufrido un proceso de
militarización puro y duro reconocido por una visita extraoficial de cuatro
eurodiputados que se acercaron al valle hace 15 días para conocer las razones
de los No TAV. Dicen que el proyecto es de importancia estratégica para Europa,
sin embargo, según Eva
Lichtenberger eurodiputada de los
Verdes austriacos, las cifras de la financiación europea no están decididas.
Económicamente no está claro de dónde saldrán los 22.000 millones € que costará
el megaproyecto.
Al conocerse lo ocurrido a Luca Abba, se produjeron manifestaciones de
solidaridad en varios puntos de Italia y cortes de tráfico en Val di Susa.
Además, piratas informáticos atacaron los sitios de la Policía y Carabinieri y
dejaron esta nota: "Venganza por #NOTAV".
Pretenden construir el TAV “pasando por encima de nuestros cuerpos”, escribe Massimo Zucchetti, profesor del Policlínico de Turín.
“Seremos nosotros, que nos opondremos hasta el final, quienes serviremos de
pilares y suelo para el agujero TAV en la montaña”. A las dos de la madrugada
de hoy dos formaciones de policía han atacado con lacrimógenos CS de frente y
por la espalda a los manifestantes que bloqueaban la autopista A32. La batalla
No TAV se vuelve encarnizada en Val di Susa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario