miércoles, 7 de noviembre de 2012

Suiza: ¡Libertad a Marco Camenisch!



Aun junto a Marco Camenisch, como muchxs lo hemos estado durante todos estos años de prisión, lucha, solidaridad. Porque elegir de qué lado estar también significa, necesariamente, no abandonar a nuestrxs compañerxs y, en el contexto de las luchas, este compromiso se traduce también en no olvidar a quiénes, luchando, terminan encadenadxs.
En este contexto, el presente opúsculo y la exposición que la acompaña quieren ser una contribución a la reactivación de la movilización por la liberación de Marco: una movilización que dará continuidad a las muchas otras que han acompañado a Marco en su odisea carcelaria entre Italia y Suiza y que se hace muy necesaria actualmente debido a la saña que las autoridades le reservan a Marco, negándole la libertad anticipada después de haber cumplido los 2/3 de la condena y amenazando con la posibilidad de una “detención preventiva” que se aplicaría al terminar la presente condena. Además de que a esto se suma, desde Italia, una orden de prisión recientemente emitida contra Marco en el ámbito de la enésima represalia contra los movimientos revolucionarios, en este caso, el anarquista, y aun más urgentes resultan las razones para promover una movilización en solidaridad con él.
Si las autoridades helvéticas (y los fiscales italianos) han elegido ensañarse con él, es bueno hacerles sentir que la relación entre Marco y sus compañerxs es cada vez más fuerte. Y es oportuno que, como en el pasado, esta señal vaya más allá de las fronteras del Estado que lo tiene preso, donde ya, gracias al compromiso mantenido principalmente por el Socorro Rojo Internacional (RHI-SRI), existe una movilización en solidaridad con él, dentro de una campaña más amplia por la liberación de lxs “presxs de larga duración”, es decir, lxs revolucionarixs que los Estados querrían enterrar mediante cadenas perpetuas, sentenciadas o no. Porque seguir luchando junto a todxs lxs compas que actualmente están presxs es un paso que no puede faltar hacia un mundo en el que la vida valga la pena vivirla; y estamos igualmente convencidxs de que una movilización que se mueva a partir de la situación concreta de un(a) revolucionarix reclusx bien puede desarrollarse sin necesariamente caer en la búsqueda de “personalismos” y contribuye, en cambio, a ampliar el horizonte de los caminos de la liberación y del conflicto necesario a defender y realizar tales caminos.
En la misma dirección, percibimos la contribución de Marco con las decisiones y los acontecimientos de los que fue y es protagonista. En un camino marcado por la coherencia constante entre las ideas y la vida vivida, Marco ha sido uno de los primeros en reconocer al enemigo no solo en el Estado y sus emanaciones, sino también en los proyectos del progreso, anunciados a bombo y platillo como liberación, pero en realidad portadores de nuevas esclavitudes, del productivismo que consume a los seres vivos y los territorios, de la tecnología, mortal tentáculo que se apodera de las conciencias y de todo el planeta. Y ha sabido situar y combatir todo esto en la óptica de una transformación concreta y radical de lo existente.
Lo hizo en libertad, eligiendo una vida  liberada de las normas impuestas y poniendo en práctica la urgencia de las hostilidades contra un orden social y económico que oprime y envenena.
Lo ha hecho desde prisión, con iniciativas para denunciar sus condiciones de reclusión y las de los demás prisioneros, con numerosas huelgas de hambre, con su continua contribución al crecimiento y la circulación de ideas y prácticas que llaman a no resignarse al desastre que nos rodea, sino a enfrentarse a él.
Su no ceder a sobrevivir pasivamente en la cárcel, su estar presente en las luchas, sus numerosas sugerencias que el movimiento revolucionario internacional ha hecho suyas, son la vida de Marco. Y son también parte de la nuestra y de la de cuantxs sienten la llamada de la rebelión y la libertad.
El deseo de abrazar físicamente a Marco en las luchas que vendrán puede ser una realidad, tal vez, hoy más que nunca, solo gracias a la capacidad de movilización en la que concurren sensibilidades y modos de intervención diferentes pero complementarios. Al final de la historia, la reciprocidad entre las formas de lucha nos parece una perspectiva fascinante y no solo por lo que se ponga en juego para arrancar a un compañero de las garras de la cárcel.

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